sábado, 11 de septiembre de 2010

JOYAS DE SANGRE

 ¿Te parece justo que ellos tengan que pasar por un infierno para que los demás podamos lucir unas joyas?
¿Alguna vez te has parado a pensar de dónde sale ese anillo de oro que llevas en el dedo?, ¿o esa gargantilla que es de oro blanco con una pequeña piedra? o usted que te gusta tanto comprar sellos de oro con herraduras de caballo o llevar cordones de oro, o tu, niña que quieres comprarte una joya, que te tienes que casar y quieres que las alianzas sean de oro.
¿Pero realmente piensas de dónde vienen? Sabías que mientras parte del mundo luce con orgullo sus joyas, unos pobres están siendo explotados diariamente, viviendo en condiciones pésimas, algunos sin cobrar ni un céntimo, otros por un poco de pan..  Muere gente diariamente en minas y a nadie le importa. Claro, como es beneficio para esos explotadores asquerosos, pues que más da la vida de la gente, el dinero es más importante. Siempre es la avaricia....
Yo he decidido dejar de comprar oro, no quiero casarme con un anillo de oro, no quiero joyas para lucir en el cuello o unos pendiente con diamantes. ¡No quiero! Las rechazo (obvio no tiraré las que tengo), pero no compraré más. Yo no voy a ser cómplice de que esto siga ocurriendo. Puedo lucir bien joyas hechas con coco, o con bolitas de colores, ¡¡hasta me las puedo hacer yo misma!!. No te parece precioso un colgante con conchas del mar (con conchas vacías encontradas en la orilla, que no se mate a ningún ser vivo para nuestras joyas. De esta manera no seguiré contribuyendo con el mal del mundo. Se puede ir bello sin perjudicar a nadie.
                                      Trabajando en las minas de diamantes de Sierra leona.


                                                 Aqui están en las minas oro del Congo.       

                  En las minas de oro del Congo, trabajando de sol a sol y por apenas unos céntimos.
                      
 Niño soldado de Sierra Leona (los rebeldes se los quitan a sus padres y les enseñan a matar desde muy temprana edad, mientras que a sus padres los llevan a trabajar a las minas de diamantes por cuatro migajas de pan o los matan.

                               ¿Quieres un anillo? Estos chicos trabajan para que tu los luzcas.
Admiración, pena, lástima... Siento mucho no poder cambiarles la vida a estos hombres, pero les voy a ayudar en la medida de lo posible, que es dejar de comprar su esclavitud.                  


¡¡ Sí señores!! en el siglo XXI sigue existiendo la exclavitud!!   
Que conste que estaría a favor de que esta gente trabajara en estas minas siempre y cuando sea en unas condiciones dignas y con un suelo digno, pero es muy estúpido pensar que es así.
Sí con esto no has abierto los ojos y decides no rechazar las joyas, mira la película "Diamante de sangre" es tan real como la vida misma. También puedes buscar información en diarios de la biblioteca, documentales o internet.

 

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